domingo, 3 de agosto de 2008

VIVE LUNAS, MI VIDA



Qué vértigo produce lo que nos es ajeno!
Qué acogedor es el convincente arrullo de la cuna que todavía nos mece!
Qué cómodo bienestar engendra pisar las playas que tantas y tantas veces andamos y desandamos!
Caminos confortables, seguros, placenteros, cómodos…
Esa apacible serenidad y el temor de su ausencia,
¿Reclamará alguna vez desconocer otras lunas?
Lunas inciertas, inquietantes, misteriosas, turbadoras, fortuitas, sugestivas, desconcertantes…
Vive, mi vida, quiero para ti todas las lunas del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún sabiendo que cada luna es un mundo, y que todas y cada una de ellas aporta algo nuevo y es una experiencia, da miedo. Siempre lo seguro es más fácil, más cómodo. Personas como tú me han enseñado que hay que ir superándose, aunque por otra parte pienso que juego con ventaja. Mi temor siempre va a ser más pequeñito porque teniéndote en mi vida nunca tendré miedo, porque tú, María, eres mi apoyo más fuerte, sólo el hecho de mirarte y conocer tu trayectoria hace que quiera seguir mi camino, hacia delante y por supuesto sin miedo, porque mi hermana mayor me protege (orgasmo fraternal). Te quiero infinitísimo!!