jueves, 26 de junio de 2008

Un texto que encontré y adapté...

Temía estar sola, hasta que aprendí a quererme a mí misma.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían y que sus opiniones no podían interferir en mi rumbo.
Temía que me rechazaran, hasta que entendí que el rechazo de los demás no debe cambiar mi esencia.
Temía al dolor, hasta que aprendí que este es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí que es la única capaz de hacerme libre.
Temía el odio, hasta que me di cuenta de que siempre se presenta acompañado de la ignorancia.
Temía el ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi misma
Temía hacerme vieja, hasta que comprendí que vivir es parte de la vida.
Temía el pasado, hasta que comprendí que sólo era eso, pasado, y que mi presente era lo único que importaba.
Temía el cambio, hasta que descubrí que si no estoy abierta a él no crezco y si no crezco mi vida carece de sentido, soy dueña de mi vida y para disfrutarla he de replanteármela todos los días.