(Con esta entrada cierro una etapa e inauguro otra...
ya os contaré...)
Tengo el pecho abierto
en mitades encontradas,
partes que se anudan
mordiéndose el miedo,
llorando rabias enquistadas.
Las manos agujereadas
no filtran tus caricias
y se me derraman
mojándome el ombligo.
Flujos estancados
bullen conteniendo
los cauces inminentes
y acaricio la humedad
de tu incansable riego.
El reflejo de tus ojos
traquetea con mis miedos
y me reconozco en tus pupilas.
Tiemblo, lloro y mis pies helados
se funden en tus rodillas calientes
paralizando la huida,
paralizando,
paralizando,
¿paralizando?
La cadencia de parálisis que no cesan
se ríen de la inmovilidad que muere.
sábado, 18 de abril de 2009
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