Repartimos la baraja, las cartas están sobre la mesa, el juego es prometedor, me emociona, siento el cosquilleo circular entre mis dedos al mezclar los naipes, como si barajara sueños e ilusiones. Si quieres empezamos a jugar…
- ¿Te apetece?
- Claro, ¿cómo no va a apetecerme?
- ¡Qué bien!
- Coge las cartas, están sobre la mesa.
- Es tu turno.
- Venga tira.
- Te toca otra vez.
- ¿Vas a tirar o no?
- Te toca repartir a ti.
- ¿Me estás escuchando? Te toca repartir a ti.
- No son ocho cartas, son siete.
- ¿En qué estás pensando?
No te preocupes, dejamos el juego para otro momento, yo sólo quería distraerme y este juego no me divierte. No te preocupes. Sigues pareciéndome un contendiente de talento pero será en otro momento. Guardemos la baraja y hablemos de otras cosas.
¿La idoneidad de una partida depende de quién o de cuándo?
- ¿Te apetece?
- Claro, ¿cómo no va a apetecerme?
- ¡Qué bien!
- Coge las cartas, están sobre la mesa.
- Es tu turno.
- Venga tira.
- Te toca otra vez.
- ¿Vas a tirar o no?
- Te toca repartir a ti.
- ¿Me estás escuchando? Te toca repartir a ti.
- No son ocho cartas, son siete.
- ¿En qué estás pensando?
No te preocupes, dejamos el juego para otro momento, yo sólo quería distraerme y este juego no me divierte. No te preocupes. Sigues pareciéndome un contendiente de talento pero será en otro momento. Guardemos la baraja y hablemos de otras cosas.
¿La idoneidad de una partida depende de quién o de cuándo?
2 comentarios:
filosofas...has metido el dedo en la llaga, porque me has generado confusión. No tengo respuestas, simplemente me recreo en tus palabras...
un beso simultáneo María.
el amor es jugar y la partida se chafa cuando estas más pendiente de tu contendiente que del juego en sí.
En mi caso mejor que nadie juegue conmigo con lo competitiva que soy...:D nada de partidas a medias o empates!jaja
un beso María!
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