No me ates que me duele.
Si lo haces cocearé salvajemente
hasta deshacerme de los límites,
y cabalgaré muy lejos
de las espuelas opresoras.
Mis infinitos son bastos,
los deseos no se cercan,
los corsés explotan
al inhalar profundo y libre.
¿No me prefieres así?
Abandona cuidados,
y alivia tu espalda protectora.
Si me caigo, me levanto.
Si me hago daño, lloro.
Si lloro, me consuelo.
Si me equivoco, rectifico.
Si me haces daño, me muero,
Si me muero, resucito.
Sólo acompáñame y
prometo darte la mano
pero hazlo suavecito
para que pueda soltarme.
Acompáñame lejos y cerca
Acompáñame sólo si quieres,
Acompáñame, sólo si quiero.
3 comentarios:
Con este blog no me estoy afeminando, me estoy femimandome..Gracias por escribir
Cada día me sorprendes más...eres capaz de escribir sentimientos de una manera que enemora...este poema lo haré mío con tu permiso...porque durante mucho tiempo rozamos nuestros dedos sin asfixiarnos y asi nació uestro nuevo amor...a ti te dejo caminar a mi lado por siempre. TQ GUAPA.
así que es como debe de ser una mujer: libre, rebelde y hermosa...
suscribo tu poema de principio a fin...que bello escribes María!
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