Acabo de ver la adaptación cinematográfica del musical, me ha gustado mucho, es tierna, entretenida, toda una inyección de positividad.
Hacía mucho tiempo que no veía a la gente aplaudir cuando termina una película, hoy lo han hecho, he imaginado por un momento que nos íbamos a poner todos de pie, tiraríamos las palomitas al aire y empezaríamos a correr, saldríamos de la sala coreográfica y ordenadamente al grito de “¡El espectáculo debe continuar!”.
Es una película que de irreal emociona, todo es tan ilusoriamente factible que ha conseguido hacerme soñar entre lágrimas, he jugado con la posibilidad de que la vida fuese un musical. Que cuando una amiga te cuente una pena puedas cantarle una canción y conseguir que sonría y cuando estemos pletóricos, corramos por la calle cantando, bailando con las farolas y sonriendo a todo el que se cruce por nuestro camino.
¿Podré hacer de mi vida un musical? Probablemente no, me tomarían por loca.
Está bien, no cantaré a voz en grito por la calle, pero cada vez que vea una estrella solita en cielo, seguiré, como cuando era pequeña, pidiéndole un deseo y cuando dé un paseo nocturno por la playa miraré hacía atrás y si nadie me observa, cantaré mi nostálgico solo, presagio de felicidad. Será el tema central de mi película, mientras cante sonreiré pensando en la posibilidad de infinitos “The end”. Cómo buena protagonista de musical permaneceré ajena a ellos, pero a sabiendas de que serán mágicos. No voy a darle más vueltas para no estropearme el final, la ingenua protagonista debe ser sorprendida.
Hacía mucho tiempo que no veía a la gente aplaudir cuando termina una película, hoy lo han hecho, he imaginado por un momento que nos íbamos a poner todos de pie, tiraríamos las palomitas al aire y empezaríamos a correr, saldríamos de la sala coreográfica y ordenadamente al grito de “¡El espectáculo debe continuar!”.
Es una película que de irreal emociona, todo es tan ilusoriamente factible que ha conseguido hacerme soñar entre lágrimas, he jugado con la posibilidad de que la vida fuese un musical. Que cuando una amiga te cuente una pena puedas cantarle una canción y conseguir que sonría y cuando estemos pletóricos, corramos por la calle cantando, bailando con las farolas y sonriendo a todo el que se cruce por nuestro camino.
¿Podré hacer de mi vida un musical? Probablemente no, me tomarían por loca.
Está bien, no cantaré a voz en grito por la calle, pero cada vez que vea una estrella solita en cielo, seguiré, como cuando era pequeña, pidiéndole un deseo y cuando dé un paseo nocturno por la playa miraré hacía atrás y si nadie me observa, cantaré mi nostálgico solo, presagio de felicidad. Será el tema central de mi película, mientras cante sonreiré pensando en la posibilidad de infinitos “The end”. Cómo buena protagonista de musical permaneceré ajena a ellos, pero a sabiendas de que serán mágicos. No voy a darle más vueltas para no estropearme el final, la ingenua protagonista debe ser sorprendida.
3 comentarios:
Yo la he visto en inglés en Worthing, y también me gustó mucho. No puedo evitar acordarme de vosotras cuando cantan "chiquitita". Y si haces un musical en medio de la calle, yo sólo no te tomaré por loca, sino que cantaré contigo... Te quiero mil!!! (ves como entro en tu blog??)
Yo tb la he visto!!! Me ha gustado tanto que no he tenido más remedio que conseguir el cd para ponermelo en las orejas y cantar las canciones a todas horas... y de tono en mi móvil dancing Queen jaja. Mi segundo comentario!! (Pa que veas)
no he visto esta peli, pero me ha gustado la entrada...
la vida cantada tiene algo especial que engancha.
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